El crecimiento personal como objetivo de la psicoterapia humanista
Al llamado crecimiento personal en psicoterapia también se le puede llamar autorrealización. De hecho, podrían considerarse como dos caras de la misma moneda. Sólo que la palabra autorrealización pone más el foco en lo que consigue el paciente a través del proceso de crecimiento personal.
A diferencia de otras escuelas de psicología, como las cognitivas o las conductuales, que solían poner el foco en el paciente de forma pasiva, como si el hecho de padecer algún malestar del estado de ánimo, implicase automáticamente tener una enfermedad, que hubiese que curar o hubiese que reeducar al paciente; la psicología humanista pone el foco en el trabajo conjunto y colaborativo del psicoterapeuta y el paciente, entendiendo a este último como una persona activa –no necesariamente enferma- que puede mejorar su vida y que no debe ser estigmatizado o etiquetado.
Del paradigma biomédico al paradigma biopsicosocial
Sin embargo, se ha producido un cambio de paradigma revolucionario dentro del modelo cognitivo-conductual. En el que las terapias de tercera generación cognitivo-conductuales se acercan (en su concepción de la persona y de los trastornos mentales) al modelo humanista experiencial. Pues incorporan la manera de concebir al paciente como persona activa (dándose cuenta de que al final, la concepción humanista del paciente no como “enfermo” sino como “persona” era esencial para potenciar la autoestima y la recuperación). Además, en las disciplinas científicas que se ocupan de la salud (medicina incluida) se ha pasado de enseñar en las universidades un paradigma biomédico (en el que toda causa de una enfermedad o trastorno se reducía a aspectos biológicos de forma reduccionista y simple), a un paradigma biopsicosocial (que consiste en explicar el comportamiento humano teniendo en cuenta la compleja interacción entre factores biológicos, psicológicos y ambientales, siendo habitualmente los trastornos problemas multicausales).
La psicología tiene fe en el potencial de las personas, y en su capacidad para cambiar y mejorar sus vidas
Lo que está claro desde cualquier perspectiva, es que el psicoterapeuta debe ayudar al cliente a ayudarse a sí mismo. Quizá pueda sonar de una manera poco motivadora para esas personas que están en un momento de bajo ánimo y poca motivación, pero se plantea de esta manera por una causa mayor, porque se cree en el potencial humano, en la capacidad que todas las personas tienen para cambiar, para mejorarse a sí mismas, para crecer interiormente.
Como desde esta visión no se tratan trastornos psicológicos ni ninguna patología que serían tratadas desde otra parte de la psicología como la psicología clínica, se tratan problemas relacionados con malestares personales que afectan a la vida diaria y que al final suponen un problema en lo que podría llamarse la armonía intrapersonal (Rosal, R. 2012).
Objetivo: que la persona se dé cuenta de los problemas, bloqueos, distorsiones, círculos viciosos en los que está inmerso y que en parte son inconscientes.
Con el crecimiento personal la persona inicia un camino de cambio, que decide libremente, con el que se compromete consigo mismo para alcanzar sus potencialidades como persona. Este camino iniciado con ayuda del psicoterapeuta, puede ayudar a que la persona se dé cuenta de los problemas, bloqueos, distorsiones o dispersiones en la vivencia de su experiencia diaria y de sus sucesos personales, los cuales pueden acabar por suponer malestares, tristezas o problemas que le impidan seguir hacia adelante.
Por tanto, el crecimiento personal del cliente es el objetivo de la psicoterapia humanista. La autorrealización de la persona será esencial para que se sienta emocionalmente mejor y comprometidos con una vida mejor, esperanzada y que les ayude a superar sus problemas de manera más satisfactoria y más eficaz, todo ello desde el autoconocimiento personal e interior.
José Ramón Martín García
Referencias
ROSAL, R. (2012). Valores éticos o fuerzas que dan sentido a la vida. Qué son y quiénes los vivieron. Lleida: Milenio.
GIMENO-BAYÓN, A., Y ROSAL, R. (2001). Cuestiones de psicología y psicoterapias humanistas. Barcelona. Instituto Erich Fromm de Psicología Humanista. 1ª reimpresión en Lleida: Milenio, 2012.