Agorafobia

La Agorafobia se define como el miedo a permanecer en lugares, dónde pueda resultar difícil escapar o recibir ayuda. Este miedo, mayoritariamente, se expresa en forma de ataques de ansiedad.

La Agorafobia se encuentra dentro de la categoría de trastornos de ansiedad. Sabemos que en muchos casos, la ansiedad es una respuesta adaptativa, ya que nos ayuda a protegernos a la vez nos impulsa a realizar el esfuerzo para adaptarnos a nuestro entorno. Pero en ocasiones, cuando la ansiedad se apodera de nuestro presente, puede dar lugar a diversas patologías, las cuales se engloban en esta categoría de trastornos de ansiedad.

Definición de la Agorafobia

Comúnmente, se define la agorafobia como el miedo a los espacios abiertos. Pero, des de la psiquiatría se entiende la agorafobia como el miedo a estar en lugares, de los cuales sea difícil escapar o recibir ayuda. Este miedo suele llevar a la persona a un estado de ansiedad muy elevado que se manifiesta en crisis de pánico o ansiedad.

La Asociación Americana de Psicología (APA), define la agorafobia con las siguientes características:

  1. Experimentar miedo o ansiedad intensa en mínimo dos de las siguientes cinco situaciones:
    • Situación 1: uso del transporte público (autobús, metro, tren, barco, avión, etc.)
    • Situación 2: estar en espacios abiertos (mercados, puentes, parkings, etc.)
    • Situación 3: estar en sitios cerrados (centros comerciales, teatros, cines, etc.)
    • Situación 4: hacer cola o estar en medio de una multitud
    • Situación 5: estar fuera de casa solo/a
  2. La causa por la que la persona teme y evita estas situaciones es la idea de no poder escapar o disponer de ayuda, en el caso de que apareciesen síntomas de pánico u otros síntomas incapacitantes o embarazosos (caerse, incontinencia, desmayo, etc.).
  3. Las situaciones agorafóbicas (las 5 situaciones expuestas en el punto 1) siempre o casi siempre provocan miedo o ansiedad.
  4. La manera de gestionar estas situaciones agorafóbicas es evitándolas, exponiéndose a estas, pero en presencia de un/a acompañante o resistiendo a ellas con miedo o ansiedad intensa.
  5.  El miedo o la ansiedad que la persona experimenta, es desproporcionado al peligro real que suponen las diferentes situaciones.
  6. El miedo, la ansiedad o la evitación se dan de forma continuada en la vida de la persona y duran, como mínimo, 6 meses. Además causan malestar clínicamente significativo y/o deterioro en lo laboral, social u otras áreas importantes.

¿Cómo se vive con Agorafobia?

La Agorafobia puede llegar a ser un trastorno muy limitante. A medida que pasa el tiempo, van aumentando las dificultades de la persona para realizar su actividad diaria de manera normal. El miedo intenso a que algo malo suceda, impregna la vida de estas personas y mancha todos los contextos en los que la persona desarrolla su actividad.

La persona con agorafobia despliega una sensibilidad al estrés, a las reacciones físicas y al entorno muy elevada. Esta sensibilidad explica la rápida generalización del miedo en diferentes situaciones. En aquellos contextos/situaciones en los que la persona, por primera vez, experimenta malestar, ansiedad o temor, quedan sensibilizados. En un futuro, en estos mismos contextos/situaciones, la persona volverá a experimentar ansiedad o temor. Además, esta sensibilización se generaliza y se produce también en contextos o situaciones de características muy similares. De tal manera, que el resultado es un aislamiento de la persona. Siendo su hogar casi el único sitio que se percibe como seguro.

Mayoritariamente, la manera de gestionar este miedo intenso es a partir de conductas de seguridad. Estas suelen ser:

  • evitar lugares que se interpretan como peligroso, por el hecho de que si sucediese algo, estaría en peligro y no podría resguardarse
  • o bien, si acude a estos lugares, asegurarse la compañía de una persona cercana o un animal
  • quedarse cerca de lugares que perciben como seguros
  • supervisar todas las posibles salidas y maneras de escapar del lugar donde esta
  • mantenerse cerca de la salida
  • usar amuletos
  • tomar ansiolíticos
  • tomar alcohol

Relación entre Trastorno de Pánico y Agorafobia

La asociación entre estos dos trastornos es muy elevada. Aunque tiene criterios diagnósticos diferentes, las evidencias científicas muestran que son un continuo sintomatológico. Además, estudios de prevalencia, plasman como el porcentaje de pacientes con agorafobia sin crisis de ansiedad es muy bajo. Esta estrecha relación ha hecho que se propongan diseños terapéuticos para tratar ambos trastornos conjuntamente.

Generalmente, la agorafobia se considera una consecuencia del trastorno de pánico. Es decir, primero se experimenta una crisis de pánico o ansiedad, que posteriormente provoca la aparición de preocupaciones por la posibilidad de sufrir nuevamente una crisis de pánico. A partir de este punto, la persona empieza a evitar situaciones que percibe como peligrosas, con el objetivo de prevenir exponerse a experimentar una crisis de ansiedad y no recibir ayuda o no poder escapar. En conclusión, primero se desarrolla el trastorno de pánico, que es el miedo a los propios síntomas físicos de un ataque de pánico; y seguidamente, la agorafobia, este miedo a estar en lugares en los que no se pueda recibir ayuda o escapar y por tanto, se evitan. 

En aquellos casos que no aparece esta relación, y únicamente se padece agorafobia, se observa una respuesta de ansiedad menor. Aunque sigue siendo muy elevada, no es extrema. Además, la principal preocupación no es la activación fisiológica, sino la presencia de peligro difuso y  la necesidad de asegurarse el poder escapar o recibir ayuda.

Si la mayoría de estas características son predominantes en ti o algún familiar y sientes que recibir ayuda podría ser útil para conseguir un mayor bienestar, te ofrecemos consultarnos. Nuestro equipo estará encantado de acompañarte y ayudarte en aquello que desees y necesites.

Referencias

American Psychiatric Association & American Psychiatric Association. (2013). Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders DSM-5®. Madrid, España: Editorial Médica Panamericana.