Las dudas excesivas crean inseguridad
A diario tenemos que estar tomando decisiones, de forma constante y a veces puede resultar una tarea completamente difícil. La duda nos suele ayudar a discernir, a solucionar problemas, a llegar a conclusiones. Sin embargo, hay dudas mantenidas en el tiempo que pueden ser contraproducentes.
Las dudas nos paralizan: “Si dudas, fallas”. Si empiezas a dudar de que tus piernas se moverán correctamente para llevarte escaleras abajo, esa vacilación puede arruinar la continuidad natural de la acción. Entonces empezarías a pensar en cómo deberías bajar las escaleras. Ahora bien, si alguien nunca asume un riesgo, por pequeño que sea, nunca será capaz de llegar a ninguna parte. En la vida, en algún momento, después de mirar hay que saltar.
El miedo te hace sentirte y creerte inseguro de lo que quieres
Realmente sientes que no sabes qué es lo que quieres, y estás perdido en todos esos pensamientos de lo que podría pasar o de lo que los demás podrían pensar o hacer a partir de tu decisión. Si observas bien, el miedo te imposibilita y te hace sentir débil de defender tus decisiones, y hace que mejor evites las situaciones en las que tienes que decidir, que hagas como que no pasa nada, y que vivas postergando y angustiado por lo que tienes ahí guardado en el baúl.
La confianza en uno mismo es un tema con lo que todos tenemos que lidiar en nuestras vidas. Queremos sentirnos seguros de nosotros mismos, pero aparecen ecos de duda en nuestra mente siempre que queremos hacer algo arriesgado o intentar algo nuevo.
La duda es el mayor enemigo de la confianza.
Nos mantiene en una sensación de incertidumbre y, a veces, incluso nos hace un poco cínicos. Por eso, cuestiona lo que te dicen tus dudas. Tal vez tu duda es: “Realmente no soy nada bueno en esto”. Cuestiona estas creencias que te limitan en cuanto se presenten. Probablemente te darás cuenta de que no hay muchos hechos que respalden la afirmación dudosa.
Consejos para superar las dudas
– Acepta que te encuentras dudoso sobre algo, que es normal dudar, que no por dudar eres menos capaz, y que es momento de encaminarte a tomar una decisión, identifica el miedo detrás de esa duda, preguntándote “¿qué es lo peor que podría pasar?”, y dedícate a averiguar si es cierto que eso que temes pueda pasar, (esto bajará tu presión a ti mismo y te permitirá ver las cosas y sentir con mayor claridad).
– Realiza una lista de ventajas y desventajas de las opciones que tienes en mente o de lo que estás dudando, pues si tienes que optar por algo, seguramente estarás recibiendo ciertas ventajas pero de la misma manera, encontrarás desventajas, lo importante es que las ventajas sean mayores o más importantes para ti que las desventajas.
–Pierde el miedo a equivocarte y confía en ti, en que decidas lo que decidas, todo estará bien (la que tú deseas, sin tomar en cuenta opiniones de los demás o pensar en lo que puedan pensar los demás una vez que lo decidas).
–Date la oportunidad de vivir bajo esa decisión, y no te culpes o castigues si no fue lo que querías, siempre puedes regresar a tomar una nueva decisión o a retomar el camino.
Para finalizar, recuerda que ninguna decisión es “buena o mala”, tampoco ninguna decisión es “la correcta”, lo importante es que ante cada decisión que tomes en tu vida, lo hagas desde tu perspectiva.
Hay cuestiones que sólo se pueden resolver, pasando a la acción, y dándonos cuenta de qué nos ocurre al vivirlas.
Sólo desde la experiencia podemos saber cómo o qué sentimos y si nos gusta o no lo que estamos viviendo para decidir qué queremos hacer.
Escrito por nuestro equipo de psicólogas.