Muchas personas conocen lo que significa hablar del efecto placebo. Sin embargo, este concepto a veces se utiliza muy a la ligera sin definir bien todo lo que implica en nuestro campo. Y puede dar a lugar a malentendidos o desinformaciones.
Por lo tanto, consideramos interesante escribir un pequeño artículo divulgativo en nuestro blog para aclarar bien este concepto.
Un placebo es una pastilla o cápsula que no tiene en su interior ninguna substancia activa o curativa en ella. Puede ser por ejemplo azúcar recubierto del envoltorio blanco típico de las pastillas. Habitualmente mucha de la Homeopatía que se comercializa a precios no precisamente baratos, son en realidad pastillas de azúcar. En las que la substancia que se supone que contienen, se ha disuelto tantas veces en agua que la molécula de la substancia activa ha desaparecido. Sin embargo, muchas veces se utiliza el nombre de la substancia inicial en la venta del producto (cuando en realidad no está).
La medicina homeopática es una filosofía y práctica médica que se basa en la idea de que el cuerpo tiene la capacidad de sanarse a sí mismo
Pero cabe diferenciar entre homeopatía y substancias naturales.
Puesto que sí hay productos en los que hay una substancia que no se ha disuelto y ésta tiene un origen natural. Lo cual no quiere decir que siempre sea mejor que una medicación de procedencia artificial, todo dependerá de cada caso concreto.
Hoy en día existe la falacia, muy extendida socialmente, que aquello natural es bueno y lo artificial que procede de un laboratorio no lo es; esto no siempre es así y hay que actuar evitando esta clase de estereotipos.
Sin embargo, a mucha gente le funciona la Homeopatía
Cabe preguntarse ¿Por qué si no hay ninguna substancia curativa en ella y por tanto no hablamos de medicación?
Es debido al efecto placebo.
El efecto placebo funciona a través de dos mecanismos psicológicos
- El condicionamiento.
- Las expectativas de la persona.
Dos mecanismos que conjuntamente podríamos llamar «autosugestión inconsciente» por ejemplo.
Por el hecho de creer que las pastillas van a tener un efecto positivo, y cambiar la actitud, la persona acaba experimentando dicho efecto; pero el efecto se debe más al cambio de actitud y de comportamiento de la persona (el llevar una vida normal alegremente) que no al efecto de la pastilla (puesto que no queda en ella ninguna substancia).
Además los placebos se utilizan en distintos ámbitos (el ámbito clínico y el ámbito de la investigación). En una investigación (por ejemplo la llamada a doble ciego) a menudo se comparan un grupo al que se le ha dado placebo llamado control, con un grupo llamado experimental al que sí se le ha dado medicación real.
En este tipo de investigaciones ni los investigadores ni los pacientes que están siendo investigados saben quién pertenece al grupo control y quien pertenece al grupo experimental.
De esta manera, se controlan los sesgos del observador (el actuar distinto por saber que estás siendo observado) y los sesgos provocados por el efecto placebo (la autosugestión sobre el efecto de la pastilla).
Así, si la medicación realmente tiene efectos mayores que el placebo, significa que funciona.
Artículo Escrito por:
Psicóloga General Sanitaria & Directora
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