Mindfulness para el confinamiento
Estamos viviendo una situación inesperada. De un día para otro ha cambiado nuestra rutina, nuestros planes y tenemos mucha incertidumbre acerca de lo que pasará y en cómo será nuestra “nueva normalidad”. De aquí, emergen un sinfín de preocupaciones que, si les dedicamos demasiado tiempo, las alimentamos y acaban generándonos ansiedad.
Cuando la ansiedad del día a día abruma nuestra mente, nos causa una angustia emocional de forma persistente, y en realidad, es un círculo vicioso de pensamientos que causan ansiedad y que dan vueltas en nuestra mente. Llamamos a este tipo de pensamientos: rumiaciones.
Dar vueltas a las cosas es el problema, no la solución.
¿De qué forma solemos afrontar el estrés?
Es conveniente aprender a manejar de forma eficaz la ansiedad para evitar un estrés físico que, al final afecta a nuestra salud, productividad y bienestar.
Solemos acudir a diferentes actividades, como por ejemplo: entretenernos con el móvil, ver películas o series, hacer crucigramas, ejercicio, leer un buen libro, llamar a algún amigo o familiar, etc. Todas estas actividades son muy útiles para bajar la ansiedad del momento, ya que es una forma de distraer nuestra mente y estar entretenidos, pero cuando terminamos la actividad, la ansiedad puede volver.
¿Qué otras técnicas nos pueden ayudar?
Podemos revitalizar nuestro organismo a través de la nutrición, ejercicio y el mindfulness (un tipo de meditación). Esta última requiere de un proceso de entrenamiento mental y práctica diaria.
La meditación mejora la memoria, aumenta la creatividad, y los tiempos de reacción se agilizan. La meditación más usual es la de centrar toda la atención en la respiración, de forma que concentrándonos en cada bocanada de aire que entra y sale de nuestro cuerpo, observamos cómo los pensamientos aparecen en nuestra mente y poco a poco los dejamos ir. Siendo el objetivo aprender a calmar la mente a través de la concentración y la observación. La meditación nos ayuda a comprender que los pensamientos vienen y van, pero solamente nosotros podemos elegir si actuamos sobre ellos o no.
“La mayor arma contra el estrés es nuestra capacidad de elegir un pensamiento sobre otro”
William James
El mindfulness es de gran ayuda porque nos genera cambios a largo plazo. Estos cambios los observamos en nuestro estado de ánimo y en los niveles de felicidad y bienestar. Hay estudios que han demostrado que el mindfulness influye positivamente en los patrones cerebrales que subyacen a la ansiedad, el estrés, la depresión y la irritabilidad que nos afecta día a día. El mindfulness requiere de una observación sin crítica, sana y de ser compasivo con uno mismo.
La meditación mindfulness o atención plena, busca el distanciamiento con nuestros pensamientos, en vez de tomarlos como algo personal. Con la práctica de la meditación mindfulness no sólo conseguimos lograr la relajación y el alivio del estrés, sino que nos ayuda a encontrar los patrones de pensamiento negativo antes de que entremos en el círculo vicioso, tomando consciencia de ello y por lo tanto, nos devuelve el control de nuestra vida.
Esta forma de consciencia, libre de pensamientos, sentimientos y emociones, permite experimentar y observar el mundo con los ojos abiertos e inicia un proceso de mejora.
¿Por dónde debo empezar?
Para una práctica diaria y eficaz, debemos de tener en cuenta los 4 fundamentos del mindfulness: parar, respirar, la postura y la atención.
Empezar por parar, puede ser la mejor opción. Debemos de parar un momento y pensar en cómo nos vamos a organizar, cuándo y dónde lo vamos a practicar. Es decir, reservar el espacio y tiempo para la meditación mindfulness. Después puedes concentrarte en el movimiento de tu respiración en el cuerpo o elegir una actividad rutinaria y prestar atención consciente mientras la realizamos.
Puedes elegir el momento y la postura que mejor te vaya, solo debes de invertir unos minutos cada día.
En otro artículo, hablaremos sobre los beneficios del mindfulness a nivel psicológico y biológico y cómo llevarlo a cabo. Puede ser interesante ojear la Asociación de Mindfulness.