El TDAH: una maduración tardía en el cerebro

En una investigación de varios autores financiada por la National Institute of Health y publicada por la revista de Psiquiatría The Lancet Psychiatry, ha encontrado que la maduración tardía de algunas partes del cerebro puede ser una de las causas o de los efectos del TDAH.

Estudios recientes de neuroimagen han mostrado alteraciones estructurales en varias regiones cerebrales subcorticales (amígdala bilateral, accumbens e hipocampo) de niños y adultos con TDAH (trastorno de déficit de atención e hiperactividad). Se han comparado diversas pruebas de neuroimagen de grupos de individuos diagnosticados con TDAH (grupos llamados experimentales), con grupos de individuos sanos (grupos control). Se realiza una primera comparación sólo con niños (sanos vs TDAH), y después realizando el mismo procedimiento con los adultos. La muestra total fue de 1713 individuos con TDAH y 1529 individuos sanos. De un rango de edades comprendidas entre los 4 hasta los 63 años de edad.

RESULTADOS DESTACABLES

Los resultados muestran que el tamaño de algunas regiones subcorticales cerebrales en niños y adultos con TDAH es significativamente menor en comparación con los grupos de individuos sanos. Esto sugiere que se trata de un retraso en la maduración y una degeneración tardía de dichas regiones cerebrales. Hecho que puede tener efectos a nivel psicológico y comportamental. Ya que dichas regiones tienen que ver con la memoria, el aprendizaje, el miedo, la regulación de la ansiedad, el miedo, entre otras muchas funciones.

Este estudio ha servido también para falsear, o, dicho de otra manera, refutar científicamente estudios anteriores que se llevaron a cabo del TDAH por errores en su metodología y en la muestra de personas utilizada; errores, que han sido detectados y corregidos en esta nueva investigación. Dichos estudios pasados mostraban que la medicación estimulante en niños era efectiva, sin embargo, en esta investigación se ve como esa medicación no tiene efectos en la maduración del cerebro, de modo que no sirve para resolver directamente el problema.

En realidad dicha medicación, tiene los efectos esperados, pero como no ayuda a hacer madurar el cerebro al mismo ritmo que las personas sanas, se podría argumentar que se trata más bien de un “parche” para que los niños estén más tranquilos y hagan la vida más fácil a sus cuidadores o profesores. Además, hay que tener en cuenta que las medicaciones utilizadas para el TDAH tienen numerosos efectos secundarios nocivos, que hay que tener en cuenta.

Por otro lado, los resultados sugieren que los efectos biológicos más poderosos del TDAH se concentran en la franja de edad infantil, mientras que los adultos, aun cuando presentan también esa maduración tardía, ésta no es tan significativa como en la muestra de niños. Cabe precisar que el artículo no especifica si se trata de una causa o un efecto, pues más allá de eso, simplemente relaciona diferentes variables observables.

Polémica del TDAH

Este estudio podría servir de base para reabrir la polémica del TDAH. Entre aquellos profesionales de la salud que afirman que el trastorno no existe realmente, versus aquellos otros profesionales que defienden la existencia del problema y la necesidad de utilizar la medicación para el bienestar de la población diagnosticada.

Sí bien es cierto que muchas veces se sobrediagnostica TDAH a niños con problemas. Que más que provenir de ellos mismos provienen de circunstancias externas a ellos. Como por ejemplo dinámicas familiares o escolares poco adecuadas para el carácter del niño en cuestión. Esto no quiere decir que además de las causas sociales de un trastorno. No puedan existir otras causas o efectos biológicos asociados a un estrés continuado o algún problema social.

Pues si algo han demostrado las neurociencias es que el ambiente (lo social, la familia, lo que comemos, la escuela, incluso el clima) son factores que influyen sobre la nuestra biología. Incluso sobre nuestra epigenética (la expresión/adormecimiento de determinados genes). Además, esta relación también se produce en el sentido contrario. Pues las dos variables (ambiente y biología) se encuentran estrechamente vinculadas, hasta el punto que buscar una causalidad única para determinar cuál de ellas es más relevante, se convierte en algo efímero y sin sentido.

Hay casos de TDAH que comienzan en la infancia y que con el paso del tiempo remiten solos. Otros casos en los que el trastorno sigue manifestándose en la edad adulta, teniendo esto en cuenta, lo que cabría preguntarse aquí sería:

¿Vale la pena llamar “trastorno” –con todo lo que una etiqueta diagnóstica implica socialmente para una persona- a una simple maduración tardía del cerebro?

¿Tendría más sentido aplicar el diagnóstico sólo a aquellos adultos en los que el TDAH no ha remitido con el paso del tiempo?

Si algo ha quedado claro es que la medicación palia un poco los síntomas. Pero no ataja el problema de base, ¿Qué coste/beneficio supone para los niños con TDAH tomar estas medicaciones?

Os invitamos a reflexionar sobre éstas cuestiones y esperamos que este artículo os haya sido de interés.

Autora: Bárbara Pérez Gouet

Fuente original:

“Subcortical brain volume differences in participants with attention deficit hyperactivity disorder in children and adults: a cross-sectional mega-analysis”

THE LANCET PSYCHIATRY (17/02/2017). Editorial Elsevier.

Autores: Dr Martine Hoogman, Janita Bralten, PhD, Derrek P Hibar, PhD y otros.

http://www.thelancet.com/journals/lanpsy/article/PIIS2215-0366(17)30049-4/fulltext